Caminos...


Las virtudes cambian y los pensamientos quedan.
Mis manos se vuelven a atar en un camino sin rumbo.
Pienso, analizo, escucho, leo.
Y no hay nada… nada allí que me sostenga.
El laberinto de ideas se alarga, y no sé cual es el sendero correcto.
No hay palabras, mi mente se abruma.
Creo recordar, creo saber que hacer.
Vuelvo y no… la imagen se borra.

Abro los ojos y veo.
Mi corazón sigue latiendo.
La cuerda de mis manos cede.
Me libero para escapar, corro, vuelo.
Quizás ahora, y solo ahora sepa en realidad lo que sucede.
Pero la mente es escurridiza y mis ojos se cierran nuevamente.